martes, 21 de febrero de 2012

Palabras del Secretario de Educación del Gobierno de Puebla Luis Maldonado Venegas


Comparecencia ante el Pleno de la LVIII Legislatura del H. Congreso del Estado de Puebla
 
Puebla, Pue.
Martes 21 de febrero de 2012

Honorable Congreso del Estado de Puebla:

Por instrucciones del Gobernador, Rafael Moreno Valle, y en respuesta al acuerdo aprobado por la Junta de Gobierno y Coordinación Política, de la Quincuagésima Octava Legislatura, comparezco ante esta Soberanía, para presentar a su consideración, los resultados más sobresalientes del primer año de la presente administración, en materia educativa.

En este órden, formulo un reconocimiento, amplio y respetuoso a los integrantes de la legislatura en su conjunto, por su compromiso con la transformación de nuestro estado y particularmente por la promoción de las importantes reformas que han concretado, para actualizar el marco legislativo del sector educativo, situándolo en tiempo y a tiempo de sus nuevos desafíos.

Las ideas emanadas del Poder Legislativo, sus observaciones y propuestas, tienen para nosotros el valor más elevado, pues entendemos que provienen de la representación popular, genuinamente democrática, legitimada por el voto universal de la sociedad poblana.

No podía ser de otra manera, si consideramos que en la historia del México independiente, Puebla ha participado en las grandes reformas educativas con el mayor entusiasmo y con visión de futuro, colocándose a la vanguardia de otras entidades e incluso de los poderes federales.

Precursores de esa vocación educativa, son las instituciones surgidas desde el siglo XIX, como el Benemérito Instituto Normal del Estado, que prefiguraba la importancia de la profesionalización magisterial; el Colegio Carolino, que se convirtió en Colegio de Puebla y derivó finalmente en la que hoy es nuestra Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que tanto nos enorgullece, y de la que algunos de ustedes son dignos egresados.

Todas, son instituciones que atestiguan el aprecio de los poblanos por la educación.

En Planteles educativos poblanos se formaron insignes pensadores y estadistas de la talla de José María Lafragua, Manuel Orozco y Berra, Manuel Carpio y Gabino Barreda, quien fuera Ministro de Instrucción Pública del Presidente Benito Juárez, y fundador de la Escuela Nacional Preparatoria.

Como ahora sabemos, fue en el recinto de esta honorable asamblea legislativa, donde por primera vez, en 1880, se consagraron en el país los principios que dan fundamento al sistema educativo nacional, los que señalan que la instrucción debe ser: gratuita, laica y obligatoria.

Estos principios, por su pertinencia histórica y social, quedaron más tarde plasmados como conquista irrevocable del pueblo mexicano en las Constituciónes de 1857 y de 1917, que todavía rige nuestro proyecto nacional.

Son valores inmanentes y trascendentes de nuestra diaria labor, y se hacen patentes en el legado que confiere a Puebla el privilegio de ser la cuna del espíritu y la letra del “Artículo Tercero Constitucional”.

Este legado nos compromete y nos anima a aportar lo mejor de nosotros en la más noble de las tareas de Gobierno.

Ciertamente la educación compete y responsabiliza en primer instancia, a los gobiernos y autoridades, pero corresponde a la sociedad en su conjunto descifrar con apremio y ponderación la agenda compleja y ardua de la época y circunstancias que compartimos.

En materia educativa no existen cambios intempestivos o espontáneos, sus procesos son de larga maduración, requieren de políticas de Estado, de una voluntad compacta y adusta, así como de una prospectiva de futuro y de perseverancia.

Soy un convencido de que las debilidades y deficiencias que hoy se atribuyen a nuestro sistema educativo serán vencidas por sus potencialidades y fortalezas.

Un sistema educativo que como el nuestro, ha logrado expandir su cobertura a las regiones más aisladas e inhóspitas de nuestro territorio, no puede ser acosado por la fatalidad de una derrota.

En todos los ámbitos y regiones de la geografía poblana, se yergue emblemática y secular una escuela pública, un silavario cívico y la vocación de un maestro infatigable.

Un sistema que hoy articula en nuestro estado a más de catorce mil establecimientos escolares, que moviliza diariamente a noventa y siete mil docentes, y a cerca de dos millones de niños y jóvenes poblanos, no puede ser desdeñado o descalificado por juicios simplistas.

Esta hazaña portentosa no ha sido producto del azar, es el legado de las generaciones que nos han precedido en sus afanes y empeños desde los albores del México independiente.

En efecto, los cimientos de la escuela pública mexicana, emergen del espíritu liberal del siglo XIX y se consolidan en el período postrevolucionario del siglo XX.

Como ha quedado ampliamente acreditado, el Gobernador Rafael Moreno Valle desde el inicio de su gestión, con el discurso de los hechos, ha colocado a la educación en el centro de la agenda de gobierno.

Actualmente existe un consenso generalizado, de que el reto central de la educación, al inicio del siglo XXI es el de la calidad, sin dejar de profundizar en la equidad requerida para colmar la deuda histórica que compartimos, con los sectores marginados y vulnerables de nuestra sociedad.

Calidad educativa, significa, en términos llanos, reportar mejores resultados del desempeño escolar, en nuestras aulas, pero no cualquier desempeño, sino solo aquél que se alinea a estándares de carácter internacional.

Hemos abandonado las referencias aldeanas y por ahora, seguramente también para siempre, ya no es válido un sistema de evaluación inmanente, no basta con analizarnos introspectivamente, las nuevas realidades nos exigen medirnos con y frente al mundo.

Para alcanzar estos objetivos la educación del siglo XXI no sólo se propone mejorar las viejas capacidades, sino alentar nuevas competencias y distintas habilidades a las que la educación tradicional se encontraba adosada.

Los cambios producidos en la escena mundial en las últimas décadas, ha replanteado el antiguo paradigma educativo, forzándonos a promover la innovación y a acelerar el proceso de adecuación de los planes y programas de estudio, de los contenidos de materiales didácticos, así como de la formación, capacitación y profesionalización del magisterio.

No se trata de formular ajustes o adaptaciones menores al proyecto educativo, sino de producir una revolución integral de sus fundamentos y alcances, para ponerse en sincronía con los cambios producidos en las últimas décadas, que nos han rebasado a una velocidad vertiginosa.

Parafraseando a un dirigente sindical de nuestro estado, hoy tenemos un sistema educativo cuyos fundamentos se crearon en el siglo XIX, con una gran base magisterial formada en el siglo XX, pero con la densidad de una plataforma de jóvenes y niños, del siglo XXI.

Resolver esta paradoja, pasa también, por el replanteamiento del modelo pedagógico que alentamos por décadas, actualmente prevalece la coincidencia de que debemos transitar de un modelo basado en la enseñanza, a un modelo anclado en el aprendizaje.

La exigencia contemporánea, para hacernos verdaderamente competitivos en un mundo global, reclama de un aprendizaje continuo, no solo reservado al magisterio, sino a cualquier profesión o actividad productiva.

Se trata de aprender para la vida, pero también aprender a lo largo de la vida.

“Aprender a aprender” es en nuestra época el nuevo desiderátum educativo de las naciones, dentro y fuera de las aulas, para construir comunidades centradas en el aprendizaje.

Reitero a ustedes mi convicción de que venceremos las debilidades y deficiencias que hoy se atribuyen al sistema educativo, basados en las fortalezas que sin duda tiene –herencia del esfuerzo de muchas generaciones–, y en sus potenciales, que son enormes.
La política educativa propuesta por el Gobernador Moreno Valle, parte de ubicar los activos y el diagnóstico del sector en el contexto global y nacional.

Los cambios mundiales, obligan a que llevemos el modelo educativo poblano a preparar a los niños y jóvenes en las nuevas capacidades, competencias y habilidades que exigen la democracia, la economía global, las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y la comunicación, el cambio climático y los rezagos sociales.

Cada una de estas realidades marca en Puebla una brecha que superaremos con apoyo en la educación.

Es por eso que el documento que ustedes tienen en sus manos se articula, precisamente, en torno a las “brechas” de capacidades y cobertura, que estamos obligados a cerrar si en verdad queremos transformar el futuro del estado.

De este modo, resulta ineludible fortalecer los contenidos educativos para arraigar los valores de la democracia en la sociedad, formar ciudadanía y dar solidez a la hoy endeble cultura de la legalidad.

Ha sido ineludible, introducir en los planes y programas de estudio nociones sobre la creación de un espíritu emprendedor y sobre el mundo laboral, para que los jóvenes, al término de sus estudios, estén en mejores condiciones de abrirse paso, con su propio esfuerzo, en el difícil mundo de hoy.

Así mismo frente a la globalidad que todo lo avasalla, debemos reafirmar la identidad y el orgullo de ser poblano, diseminando el acervo histórico, artistico y cultural del que somos depositarios y que coloca a nuestro estado dentro de las regiones de talla mundial, en su oferta turistica y potencial productivo.

Por ello, la Secretaría a mi cargo produjo y distribuyó más de 4 millones de libros de texto y materiales educativos en estas áreas de conocimiento, complementarios a los 12 millones de libros, que CONALITEG distribuye en los niveles de educación básica en el estado.

Junto a la promoción de una educación humanística e integral, es imprescindible expandir la conectividad y el uso intensivo para fines educativos del Internet, a todas las regiones del estado, y dotar a las escuelas y comunidades de equipamiento y habilidades para el uso de computadoras y demás dispositivos de la era digital.

A ello, corresponde la determinación del Gobierno del Estado para ampliar la mancha digital, que ha pasado ya del 28 al 70% de cobertura, a través de una red propia de banda ancha, que ha dado lugar, a emprender la instalación de las primeras 1000 aulas telemáticas y justifica el programa para incentivar a los mejores promedios de estudiantes de educación superior, con la entrega de 11,500  computadoras y que ahora se hará extensiva a los mejores alumnos de educación básica y media superior.

Las posibilidades de estas tecnologías, nos han llevado –o mejor dicho, nos han traído, al fin– a lo que el filósofo Marshall McLuhan llamó la aldea global a fines de los años 60.

Las formidables posibilidades de hacer llegar la información de todo tipo a los más remotos e inaccesibles lugares, han abierto las puertas a lo que en propiedad podemos llamar la sociedad de la información y el conocimiento, que sería la concreción de aquella aldea global.

Desde luego, el primer instrumento para poder aprovechar estos recursos, es el alfabeto. Por eso pusimos en marcha el programa de alfabetización más ambicioso de nuestra historia, en unión con la Universidad Nacional Autónoma de México y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Ustedes tienen en sus manos los alentadores resultados de la primera etapa de esta cruzada alfabetizadora.

El modelo implementado permitió que durante el primer semestre de operaciones se alfabetizara a 17 mil poblanos en 13 municipios de la región Serdán, en su segunda fase el programa se ha extendido a 48 municipios y al término de la misma, la meta es que logremos que en el primer año del programa, alcancemos 45,000 alfabetizados en estas regiones.

El mantenimiento y la ampliación de la infraestructura educativa, ha requerido de un esfuerzo e inversión sin precedentes, ya que durante 2011, se destinó un monto cercano a los mil millones de pesos, para atender los aspectos más urgentes en el sector.

La brecha es considerable. Al arribo de este Gobierno nos encontramos que más de la mitad de las instalaciones escolares, en el estado, presentaban deterioro de los inmuebles, la mayoría carecía de mantenimiento y 17 habían sufrido daños que los colocaban en situación de alto riesgo.

El Gobernador Moreno Valle, nos instruyó en su discurso de toma de posesión, para atender de inmediato los inmuebles afectados por fenómenos climáticos y que situaban a nuestros niños y jóvenes en condiciones riesgosas y antes de los primeros  cien días de gobierno se pusieron en operación, los nuevos establecimientos.

A la par se puso en marcha el programa de redignificación de espacios educativos, con el esquema, peso a peso, que ha permitido el concurso de los municipios, multiplicando así la inversión y los resultados.

En otra perspectiva, si bien hemos alcanzado una cobertura cercana a la universal en los niveles de primaria y secundaria, a partir de la educación media superior se registra un déficit cercano al 30%. En ese mismo nivel se eleva la deserción escolar a un índice superior al 9% y la eficiencia terminal cae al 73%.

De ahí que, incrementar la cobertura en el nivel de bachillerato es una de las demandas más sentidas de comunidades que no cuentan con este servicio y cuyas familias están imposibilitadas de sufragar los gastos de transporte, hospedaje y mantenimiento, para que sus hijos asistan a una escuela de ese nivel en alguna población cercana.

Para cubrir esta brecha, hemos puesto en marcha el Nuevo Modelo Educativo de “Bachillerato Digital”. Aprovecharemos para ello la infraestructura que ya tenemos de Telesecundarias, adaptándola a las necesidades del nivel medio superior.

Durante el periodo de este informe iniciamos la aplicación del modelo en 40 Bachilleratos Digitales, y para el fin del presente año, lo extenderemos a cien planteles, que de esta forma, contribuirán a abatir el rezago existente.

Con igual propósito se puso en operación, a través de la Universidad del Desarrollo, el Bachillerato a Distancia, que en el primer semestre de operaciones ha consitado una matrícula de 947 alumnos. Lo que habla del importante potencial de esta nueva modalidad educativa.

De este modo, Puebla está actuando para hacer realidad, con la celeridad que los recursos disponibles lo permiten, el nuevo principio aprobado por el Constituyente permanente, que consagra la obligatoriedad del bachillerato.

Por supuesto que en materia de Educación Superior, nos enfrentamos también a un gran desafío, Puebla es la segunda entidad de la República en el número de instituciones de este carácter, y no obstante que nos ubicamos por encima de la media nacional, en 2011 alcanzamos sólo el 37.8% de cobertura.

Para fortalecer la oferta en este nivel concurren entre otras estrategias la educación a distancia y la próxima apertura de la Universidad Politécnica de Puebla, cuya constitución fue aprobada por esta soberanía.

En el mismo sentido de expansión de cobertura, deseo destacar la reciente instalación, la semana pasada, del primer campus universitario a distancia, ubicado en Boca del Monte, en el municipio de Ajalpan.

Este es un resultado más del convenio firmado por el señor Gobernador en los primeros días de su administración, con la Universidad Nacional Autónoma de México, y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Se requiere también de un esfuerzo sostenido para profundizar en la calidad de los servicios educativos de este nivel.

Es grato destacar en este sentido, los reconocimientos que a nivel nacional e internacional obtuvo durante el 2011 la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a los que se suma la certificación que el Gobierno Federal confirió a 13 de nuestros institutos y Universidades Tecnológicas.

Con el mismo espíritu, en el mes de diciembre se emitió un acuerdo, para reordenar el esquema de otorgamiento de nuevos reconocimientos de validez oficial (REVOES), así como la exigencia de que instituciones particulares de educación superior, incorporadas a la SEP estatal, realicen dentro de un programa progresivo la certificación de calidad de los servicios que imparten para poder mantener dicho reconocimiento.

Esfuerzo que por otra parte han venido realizando las universidades lideres y que no debe representar un caso escepcional o aislado, sino una exigencia generalizada.

Por ello mismo advertimos con aprecio la iniciativa de una Ley de Educación Superior, que constituirá la primera en su género y que podrá ser enriquecida, en el proceso de debate y discusión parlamentaria de este Colegio Legislatívo.

En la era del conocimiento, los enfoques educativos cambian, pues se hace evidente que el procesamiento de información, la capacidad de interpretación, apropiación y aprovechamiento de la misma, requieren que sepamos aprender de manera permanente.

Por fortuna, en Puebla los docentes están decididos a ponerse al día y seguir siendo un factor central en la formación de nuestros niños y jóvenes.

Los maestros están decididos a ser parte de la revolución tecnológica, a apropiarse del conocimiento digital y a enriquecer sus enseñanzas ayudando a sus alumnos a discernir la paja del grano, en el mar de información que les llega por los nuevos canales a los que tienen acceso.

Si bien debemos poner a los estudiantes en el centro del proceso educativo, el eje del sistema sigue siendo el maestro. Es por eso que en el documento que se entregó a su consideración, la primera brecha que se aborda es la de los cambios en la educación global y la formación de nuestra planta docente.

El resultado fue que la mitad de los docentes de Educación Básica del estado, alrededor de 25 mil profesores, se encuentran en proceso de capacitación para fortalecer sus competencias en inglés, matemáticas y uso de las TICs, a través de una oferta masiva desplegada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y con procesos de certificación de la Universidad de Cambridge  Inglaterra, y de la Sociedad Internacional de Tecnología Educativa.

Como respuesta a una demanda sentida del gremio magisterial, este ambicioso programa se está realizando con una inversión de 100 millones de pesos, que superó en un sólo año la inversión que se hizo en toda la administración anterior para estos fines.

Debo enfatizar nuestra adhesión y convencimiento con la determinación de este Honorable Congreso, para establecer que en un horizonte pertinente, pueda llevarse a todas las aulas de educación básica, el Inglés como segunda lengua, sin duda ello dependerá de inversiones crecientes en los próximos años, pero sobre todo de la formación y profesionalización de maestros suficientes para impartir esta materia.

El primer paso en el país lo ha dado Puebla, ya que dentro del programa antes descrito, me es grato informar que en este momento se dispone de una matrícula de 1200 profesores de diversos niveles de dominio del idioma, 1350 en matemáticas y 15 mil en habilidades digitales.

En el documento se detallan otros programas de capacitación, actualización y profesionalización del Magisterio de todos los niveles educativos, y los buenos resultados que en cada caso se alcanzaron.

Observen ustedes que en los distintos rubros participaron autoridades escolares, supervisores, apoyos técnicos, facilitadores y maestros en funciones en aula.

Observen igualmente que los distintos programas cubren una amplia gama de aspectos y que se aplicaron varios en cada una de las regiones del estado.

Desde luego, la cantidad resulta importante, pues en este y los próximos años hemos de cubrir el universo completo del profesorado en todos los niveles.

Más importante aún, es la calidad de la formación y actualización de nuestros mentores, de modo que una mejor preparación de los maestros se refleje sustancialmente en una mejora del aprendizaje de los alumnos y de su capacidad para seguir aprendiendo toda la vida.

Dejando claro este punto, me parece que existe un consenso, yo diría universal, en todos los estados de la República, en el Legislativo y el Ejecutivo, entre los padres de familia y, por supuesto, entre los maestros y en su organización sindical, de que lo más importante a lo que se deben dirigir nuestros esfuerzos, es a elevar la calidad de la educación.

El año pasado, en abril, suscribimos un Acuerdo para el impulso a la Calidad Educativa entre la Secretaría que me honro en presidir y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, específicamente con sus Secciones 23 y 51.

El Acuerdo nos ha permitido reintegrar a actividades docentes y de apoyo técnico pedagógico a más de 600 maestros que se encontraban comisionados en tareas sindicales, y que hoy apuntalan 14 programas orientados a fortalecer la calidad educativa.

Conforme a una reforma en el ámbito federal, acordada con la dirigencia nacional del SNTE, en Puebla hemos modificado los lineamientos de la Carrera Magisterial, de manera que toda mejora en el nivel y los ingresos de los docentes esté vinculado al desempeño de los alumnos.

En las negociaciones salariales, con las Secciones 23 y 51, en el estado de Puebla, este año, los beneficios para los profesores se ligan al desempeño escolar, la productividad y la evaluación universal.

Quiero hacer un reconocimiento muy especial a la dirigencia magisterial en Puebla, así como al conjunto de los integrantes de ambas secciones, que han tenido la apertura para comprender las nuevas tendencias educativas en el mundo, así como las necesidades de nuestro sistema en el Estado de Puebla.

Cada uno de estos cambios, en los que participa el Magisterio con una voluntad férrea que no nos cansaremos de reconocer, es una pieza más en el esquema de calidad con el que debe caracterizarse la educación en Puebla.

Con el respaldo del Poder Legislativo, cuyo compromiso con la educación está más que probado, tengo la absoluta convicción de que en este y los años subsiguientes llevaremos al sistema educativo de Puebla a una nueva etapa de su historia.

No quiero terminar, sin hacer una breve reflexión sobre el lugar que el Gobierno de Rafael Moreno Valle, le confiere a la educación.

Además de apoyar directamente al sistema educativo como nunca en la historia de Puebla, el señor Gobernador ha decidido hacer de la educación el centro de las políticas públicas de su Gobierno.

Conforme a uno de los principios que nos ha marcado el señor Gobernador, esta administración promueve la corresponsabilidad, pues solo con el concurso de la sociedad podremos cerrar las brechas que impiden un desarrollo integral del estado y de sus regiones, en especial de las que más rezagos presentan.

No he querido, señoras y señores Legisladores, referirme a cada detalle del Primer Informe de Gobierno, en la materia de nuestra competencia, y en cambio he intentado aprovechar el tiempo que generosamente me habéis otorgado en esta sesión, para abordar conceptualmente algunos de los temas sobresalientes de la gestión educativa.

Los esfuerzos que en esta materia podemos conjugar los ordenes de gobierno, los poderes federales y locales, el magisterio, los padres de familia los empresarios con visión social, las fundaciones y las organizaciones de la sociedad civil, sembraran semillas de futuro y de progreso en las presentes y futuras generaciones.

Porque, sin saber cuándo ni dónde, en algún hogar cercano o distante, en el taller o en el surco, en un claustro académico o en el ejercicio libre de alguna profesión, en la más paupérrima choza rural, o en alguna gran metrópoli cosmopolita, en alguna pequeña empresa o en un poderoso consorcio financiero, habrá un ciudadano del mundo, cuya alma y virtudes, vuestra tenacidad, habrá contribuido a forjar.

Quedo a su disposición para continuar este diálogo y esta rendición de cuentas, que es una determinación firme del actual Gobierno democrático de Puebla, con respeto a la división y equilibrio de poderes, que son características de nuestra fortalecida y renovada democracia.

Por su atención, muchas gracias.

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